martes, 20 de noviembre de 2012

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CROMOSOMOPATIAS



INTRODUCCIÓN


El ser humano tiene aproximadamente 30.000 genes, distribuidos en 23 pares de cromosomas, 23 de cada progenitor (total: 46 cromosomas), esto se debe a la reproducción sexual generada por la meoisis de cada ser humano para obtener una suma total del material genético con el que se pueda obtener un nuevo ser vivo completo y funcional.

En cierto punto, por una gran variedad de variables y factores este material genetico se ve afectado, existiendo una gran cantidad de posibilidades de tener una enfermedad, o afección cromosomal o también llamada cromosomopatia, y las causas de estas afecciones también están por cantidades, generando así que una gran cantidad de la población pueda tener una cromosomopatia.

Existen más de un centenar de síndromes cromosómicos publicados. Aunque cada uno de ellos individualmente sea raro, juntos  contribuyen de forma importante a la morbilidad y mortalidad ya que si no fuera por estos una gran cantidad de la población seguiría existiendo generando así una sobrepoblacion aun mas agravada de lo que se encuentra en este momento.

Las alteraciones cromosómicas son las causantes de una elevada proporción de abortos espontáneos y de enfermedades infantiles, contribuyen también a la génesis  de una proporción significativa de procesos malignos, tanto en la vida adulta como en la edad infantil a consecuencia de las aberraciones somáticas adquiridas.

Las alteraciones cromosomicas no son ocasionadas por factores hereditarios, pero si influyen variables de las cuales son responsables los padres como la edad de concepción, y diferentes factores ambientales.


DESARROLLO DEL TEMA

El desarrollo normal del embrión humano no solo depende del contenido genético, sino del equilibrio cromosómico, cualquier desequilibrio, sea este de número o estructura, ya sea que ocurra durante la meiosis o mitosis, da origen a individuos con patologías cromosómicas.

Lo primero que hay que precisar, luego del nacimiento de un niño/a con características clínicas de una patología cromosómica, es si las mismas corresponden o no a esta, lo cual se lleva a cabo a través del estudio cromosómico de sangre periférica del niño/a.
Si la sospecha surge antes del nacimiento, luego de una ecografía u otros estudios prenatales de riesgo fetal, los estudios que se podrían llevar a cabo son una biopsia de corión o una amniocéntesis. Una vez hecha la confirmación, el siguiente paso es identificar el origen de la misma, a través del estudio cromosómico de los padres, también de sangre periférica, para saber si ha sido al azar o ha sido heredada y poder brindar a los padres un adecuado asesoramiento genético, estimando los riesgos de recurrencia para los siguientes embarazos

ALTERACIONES NUMÉRICAS

Casi la mitad de las alteraciones cromosómicas que se encuentran en el recién nacido son la presencia de un cromosoma extra (aneuploidía) ya que las monosomías totales son incompatibles con la vida. Las trisomías constituyen la anomalía cromosómica más frecuente y, dentro de estas, las más conocidas son la trisomía 21 (síndrome de Down), la trisomía 18 (síndrome de Edwards) y la trisomía 13 (síndrome de Patau). Solo los niños con síndrome de Down sobreviven hasta la edad adulta, mientras que los que tienen trisomías 18 y 13 mueren por lo general antes del primer año.
Las anomalías de los cromosomas sexuales tienen una menor repercusión fenotípica que la de los restantes autosomas y suele ser la esterilidad. Las alteraciones más frecuentes de los cromosomas sexuales son el síndrome de Turner (45, X), el síndrome de Klinefelter (47, XXY), el síndrome de la triple X (47,XXX) y el síndrome de la doble Y (37, XYY). Además de estas alteraciones numéricas, los cromosomas sexuales pueden experimentar, como los autosomas, alteraciones morfológicas (translocaciones entre dos cromosomas sexuales o translocaciones entre un cromosoma sexual y un autosoma).


ALTERACIONES ESTRUCTURALES

Las alteraciones estructurales cromosómicas son el resultado de roturas y uniones anómales entre los fragmentos resultantes y son de varios tipos:
Deleciones
En las roturas y reparaciones de los cromosomas, pueden perderse parte de los mismos (*) Si la parte perdida es muy grande, la situación es incompatible con la vida. En un 85% de los casos, las deleciones provienen de novo y las restantes son hereditarias, representando una monosomía o trisomía parciales.
Los fenotipos dependen del cromosoma y de la región afectada, como por ejemplo en el caso del síndrome por maullido de gato, en el que se ha producido una deleción del cromosoma 5 en la región terminal del brazo largo[(5)(5p-ter)]. Este síndrome se caracteriza por retraso mental, microcefalia y cara de media luna que se va alargando con la edad. Otro síndrome, la oligospermia o la azospermia están asociadas a deleciones en el cromosoma Y en las región donde están situados los genes para el factor AZF (factor de la azospermia).
Cuando se producen roturas a ambos lados del centrómero y posteriormente se unen los extremos, se forma un cromosoma en anillo (*). Este tipo de cromosoma anular es bastante frecuente en carcinomas sarcomas y leucemias y raras veces son detectados al nacer. El síndrome de cromosoma 15 en anillo, que resulta de la deleción de la parte del brazo corto del cromosoma 15 (15q25-26), se caracteriza por crecimiento retartado, estatura corta y anomalías faciales distintivas parecidas a las del síndrome de Russell-Silver
En muchas ocasiones, las deleciones afectan tan solo a algunos genes independientes pero contiguos, situados uno al lado del otro en el mismo cromosoma, deleciones que sólo son detectables por técnicas microgenéticas como la hibridación in situ o la hibridación in situ con fluorescencia. Se habla entonces de microdeleciones, que pueden ser intersticiales o finales
Algunos síndromes asociados a microdeleciones son el síndrome de Prader-Willi, el síndrome de DiGeorge, el síndrome del retinoblastoma y otros muchos más.


Translocaciones
En el caso de roturas en cromosomas distintos, los fragmentos pueden reorganizarse intercambiándose entre cromosomas homólogos o cromosomas distintos, resultando las translocaciones. Cuando el intercambio se produce entre regiones terminales, se denominan translocaciones recíproca ; una parte de un cromosoma se intercala en otro, se trata de inversiones, y cuando tienen lugar entre dos cromosomas acrocéntricos se denominan translocaciones robertsonianas 
Las translocaciones recíprocas son bastante frecuentes, calculándose que 1:1000 individuos es portador de una translocación equilibrada recíproca. Así, por ejemplo, una enfermedad debida a una translocación recíproca es la leucemia promielocítica. 



Las alteraciones cromosomicas pueden verse desde el momento de la fecundación, debido a un examen llamado cariotipo, es una prueba para examinar cromosomas en una muestra de células, lo cual puede ayudar a identificar problemas genéticos como la causa de un trastorno o enfermedad. Por medio de esta prueba se puede:
Contar el número de cromosomas
Buscar cambios estructurales en los cromosomas


El examen se puede realizar en casi cualquier tejido, incluyendo:
Líquido amniótico
Sangre
Médula ósea
Tejido de un órgano que se desarrolla durante el embarazo para alimentar al bebé en crecimiento (placenta)


Para analizar el líquido amniótico, se hace una amniocentesis.


Una muestra de médula ósea requiere de una biopsia de médula ósea.


La muestra se coloca en un plato especial y se deja crecer en el laboratorio. Posteriormente, se toman células de la muestra cultivada y se tiñen. El especialista del laboratorio utiliza un microscopio para examinar el tamaño, la forma y el número de cromosomas en la muestra celular. La muestra teñida se fotografía para obtener un cariotipo, el cual muestra la disposición de los cromosomas.


Ciertas anomalías se pueden identificar a través del número o disposición de los cromosomas. Los cromosomas contienen miles de genes que están almacenados en el ADN, el material genético básico.



Este examen generalmente se realiza para evaluar a una pareja con antecedentes de abortos espontáneos o para examinar a cualquier niño o bebé que tenga rasgos inusuales o retrasos en el desarrollo que sugieran la presencia de una anomalía genética.


El examen de médula ósea o de sangre se puede hacer para identificar el cromosoma Filadelfia que se encuentra en aproximadamente el 85% de las personas con leucemia mielógena crónica (LMC).


El examen de líquido amniótico se hace para verificar la presencia de anomalías cromosómicas en un feto en desarrollo.






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